Conclusiones y aleatorios de Sofía, Bulgaria
1. Con
Sofía fue amor a primera vista. Salí a pasear la misma tarde que llegué, y
quedé encantado con lo que me encontré.
2. Quizás
un par de días más no hubieran venido mal.
3. Me
habían dicho que en la capital búlgara había refugiados sirios, pero pasaron
dos días hasta cruzarme con ellos. La mayoría está dando vueltas cerca de la
terminal de ómnibus. Según un búlgaro que estuvo en el hostel, los refugiados
son “un peligro” para la sociedad, y “es necesario que se vayan cuanto antes
del país, y los manden para Alemania o de vuelta a la guerra”. “Si la Merkel
quiere hacerse cargo de ellos, es su problema. A nosotros no nos interesa
darles cobijo a esos delincuentes”, cerró.
En la misma
línea, un taxista me dijo: “Los sirios son algo muy malo para Bulgaria. La
mayoría son ladrones y violadores, ¿no viste lo que pasó en Alemania? Violaron
a varias chicas en año nuevo. Son muy, muy malos para nuestra sociedad. Me
contaron que hay varios refugiados en Belgrado, pero que los serbios los dejan
morir por las calles. No me extraña, Serbia siempre fue un pueblo fuerte, en
eso deberíamos imitarlos”.
4. Hay
muchos latinos trabajando de voluntarios en distintos hosteles en los Balcanes.
5. El micro
con el que salí desde Sofía a Bucarest fue el mejor hasta el momento. Era casi
tan cómodo como el diferencial Escobar-CABA que va por Panamericana.
6. Me di
cuenta que me quedaron muchas cosas por contar de otras ciudades.
7. Las
calles muy limpias.
8. En los
parques generalmente hay muchas flores, dándole un colorido muy especial.
9. En esta
ciudad son casi todos narigones.
10. Ya
empezó a pegar el cansancio del viaje.
11. Hasta
el momento puedo decir que, si sabés moverte en una ciudad como Buenos Aires,
todos los potenciales riesgos de los que te advierten en los centros turísticos
de estas urbes son un juego de niños.
12. Vi la
primera iglesia ortodoxa con casi nulo mantenimiento. Me sentí un par de siglos
atrás por un rato.
13. Más
allá de la que posteé en la foto, probé otra cheescake junto con un café, y
ambos estuvieron deliciosos. No los fotografié porque, cuando me percaté, ya me
había morfado la mitad de la torta, y no es muy fancy hacerle una toma en ese
estado.
14. En la terminal
de ómnibus de Sofía había un asiático a los gritos. Parece que el chabón había
perdido un micro, y quería que lo subieran a otro sin costo adicional. Al
principio eran gritos mesurados, como de alguien que simplemente está nervioso,
pero después empezó a mover los brazos y a ensañarse con la cajera de la línea
de micros. Entonces cayeron dos policías increpándolo en búlgaro, pero el flaco
no quiso bajar un cambio, y ahora les gritaba a ellos. Inmediatamente, los
canas lo agarraron con escasísima amabilidad, para luego escoltarlo fuera de la
terminal. Se escucharon un par de gritos más, pero no pude ver qué pasó.
15.
Probablemente haya sido una de las ciudades más coloridas de los Balcanes hasta
el momento.
16. La
movida de bares y demás es más o menos la misma de lo que conozco, hasta ahora
el único lugar distinto fue Sarajevo, donde había lugares para trasnochar
jugando a la Play Station 3 y otros donde te daban shisha.
17. Ahora
son 6 horas de diferencia con Argentina.
18. Estoy
esperando hace como una semana que me pasen la gacetilla de prensa para Expo
Empleo Joven 2016, para poder anotar a un periodista que vaya a cubrir la feria
(este fue el procedimiento que me indicó el encargado del área de Comunicación),
pero estamos a una semana y todavía no la envían. AHGR.
19. Hay
tantas formas de disfrutar un viaje como viajeros. En las charlas dentro de los
hosteles se notan los contrastes.
21. Ya en
Bucarest, Rumania. Luego Estambul, Turquía.
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