Conclusiones y aleatorios Skopje, Macedonia
1. En
Skopje hay una PLAGA de estatuas. En general, en la ciudad cada 100 metros te cruzás
una, y en el centro turístico su densidad poblacional asciende a niveles
astronómicos. Atrapados por la vorágine del exceso en el gasto público, los
macedonios terminaron levantando, por ejemplo, una estatua a los mendigos.
2. El
inglés es fácil de encontrar.
3. No logré
comprender o adentrarme en la identidad macedonia. Es como que buscan apelar a
la figura de Alejandro Magno para hacer bandera, pero en realidad del tipo o de
su cultura/legado quedó prácticamente nada dando vueltas, y de la Macedonia de
entonces a la actual hay poco para conectar. Igual, honestamente, no intenté
demasiado descifrarlos.
4. Se come
muy rico, aunque las porciones en algunos casos son cuestionables.
5. De la
misma manera que en Albania, la gente volvió a tener estatura promedio, y ya no
se ven veinte mil lungos caminando por la calle.
6. En el centro
de la plaza central de Skopje se erige una estatua monumental a Alejandro
Magno, pero parece que los macedonios no pudieron ponerle el nombre del
personaje histórico. En cambio, nombraron “Guerrero a caballo” a tal
estructura. Esto es, según comentó un guía, porque tienen una especie de
litigio con los griegos, que les impiden ponerle “Alejandro Magno” a cualquier
cosa. De hecho, Grecia sostiene que Macedonia no tiene derecho a llamarse así,
y sugieren que el país sea renombrado. En cuanto a la estatua, con unos
españoles coincidimos que, para tomarse a joda la afrenta griega, habría que
nombrarla “Un macedonio cualquiera”.
7. No tuve
mucho feeling con el centro de Skopje. Un poco artificial, y mucho está en
construcción todavía.
8. Not so
cheap here, my friend.
9. En esta ciudad tuve el mejor alojamiento de todo el
viaje.
10. La cantidad de mendigos (incluyendo niños), y gente en
situación de calle aumentó considerablemente en relación a las demás ciudades
que visité hasta el momento. El guía del city tour dijo que esto es por el
tráfico de personas.
11. En los Balcanes las ensaladas son frescas y sabrosas.
12. Muchas construcciones son copias de cosas que
funcionarios macedonios vieron en otras partes del mundo y les gustaron.
13. La recomendación, por parte de un guía, en caso que se
nos acercara alguien pidiendo dinero fue: “No los miren. Hagan de cuenta que no
existen”.
14. Nunca entendí la manija de algunas personas con
fornicarse extranjeros.
15. Finalmente bajó un poco la temperatura.
16. Ya estoy un poco podrido de los Balcanes. Dentro mío hay
un par de voces que dan lata constantemente, y siempre con el mismo tema:
“¡Dale Tomás! ¿Falta mucho para llegar a Uzbekistán?”.
17. Fuimos a las afueras de Skopje el primer día, y quisimos
junto a unos compadres españoles meternos a navegar en barco por el río.
Después de hora y media o más de haber viajado hasta ese lugar, a eso de las 18
nos metimos en la cabaña donde se solicitaban los barquitos. El recepcionista
iba y venía, y nos miraba apenas de reojo. Iba tan rápido que nunca teníamos la
chance de decirle lo que buscábamos.
Después de 10 minutos así, con el tipo esquivándonos, me
volvió el flashback de Roberto Navarro con su clásico “Te están tomando de
boludo”, y enseguida nos decidimos a cortarle la huida la próxima vez que
viniera. Lamentablemente para nuestro plan, el sujeto nunca más apareció.
“¡Joder! ¿Pero qué le pasa a este tío?”, nos preguntamos
casi al unísono. Segundos después, observamos un cartel pegado en la entrada de
la recepción, y nuestras dudas quedaron despejadas: “Horario: 9 a 17:30”. Fail.
18. Se me acercó un gatito cuando estaba almorzando, y
empecé a darle pedacitos de comida para compartirle, pero no tocaba ninguno.
Extrañado, corté un pedacito de pan, y le dejé la mano quieta, como para que se
acercara y comiera. El gatito, en lugar de comer el pan, cerró los ojitos y lo
franeleó. Sólo quería un mimito.
19. Las puestas del sol en esta región son hermosas.
20. Helado y café ricos.
21. Hoy escribí una mini nota para la Revista Empleo porque
NECESITO TRABAJAR.
22. Próximo destino Sofía, Bulgaria, y luego mi madre patria
Rumania.
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