Primer mes de viaje




Ayer se cumplió un mes desde que estoy viajando. Por supuesto, amerita algunos ítems:

-El tiempo pasó muchísimo más rápido después de la primera semana.
-Sonrisas, abrazos, y gente hablando a los gritos son cosas que en lo Balcanes no vas a encontrar con frecuencia. Quizás en Albania, y aun así no lo firmo. 
-Hay gente que se toma muy bien que le sonrías en primera instancia y que hagas gestos, y otros que te miran muy pero muy raro. Casi que hasta les molesta.
-Llega un punto en que las capitales de Los Balcanes son parecidas entre sí en cuanto a la forma de comportarse de su gente, y por eso las sorpresas empiezan a ser menores cuando llegás a destino. Reitero, Albania es la excepción.
-Admiro cómo algunos defienden a morir la comida en esta región, pero realmente no tiene NADA de fantástico al lado de lo que comemos en Argentina. Ni siquiera lo dulce, ya sea un postre o galletitas de supermercado. Llegué a Sofía ROGANDO que hubiera unas pepas marca Gaona porque acá tienen superpoblación de obleas y galletas que pretenden ser chetísimas pero cuyo sabor no acompaña.
-Habiendo conocido varios latinos a lo largo del viaje, me gustaría decir que las diferencias entre nosotros son puras nimiedades al lado de lo mucho que nos parecemos. El otro día se lo conté a un chabón que me escribió vía Facebook preguntándome por las conclusiones que sacaba hasta el momento, y el nefasto me contestó: “¿Recién ahora te diste cuenta?”. Y sí, amigo, ¿tan mala leche tenés que ser? ¿Te cuesta mucho no querer sacar chapa de lo groso que sos? Gente como esa arruina el planeta.
-Hay una tremenda cantidad de turistas del primer mundo que vienen exclusivamente a conocer bares y boliches de esta región. Hacen máximo dos días en cada ciudad.
-Pocas cosas me provocan tanta satisfacción como hospedarme en una habitación privada, y más si es a buen precio.
-De la misma manera que pasa en Argentina, hay personas con las que simplemente no tenés nada de qué hablar. No se puede pegar onda con todos, menos si te da paja ponerle onda a cosas que sabés que no van para ningún lado. De paso aprovecho para mandarle un beso a esas parejas que no se soportan entre sí pero siguen juntos porque ya están hace “mucho tiempo” juntos.
-Conforme avanza la ruta, cada vez me dan más ganas de ir a Prípiat. Seguramente vaya en noviembre.
-No entiendo a qué llaman pobreza, inseguridad o crisis acá.
-A lo largo de las rutas atravesás ciudades viejísimas, edificios con muchos años de historia y poco mantenimiento.

-Si me falta algún ítem lo iré agregando. Mientras tanto, quieroles.


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